
Lituania ha solicitado formalmente asistencia adicional de la OTAN para fortalecer sus capacidades de defensa aérea, tras un incidente preocupante en el que un segundo dron cruzó su frontera. La petición de este país del Báltico se produce en un contexto de tensiones crecientes debido a las actividades militares rusas en las cercanías de Ucrania, lo que resalta las crecientes preocupaciones de seguridad entre los miembros orientales de la OTAN [1].
La solicitud del gobierno de Lituania para recibir un mayor apoyo de la OTAN representa una escalada significativa en la postura de seguridad de la región báltica. Funcionarios en Vilna han pedido específicamente recursos adicionales para enfrentar las crecientes amenazas aéreas, mientras el país lidia con un aumento de actividades aéreas no autorizadas a lo largo de sus fronteras [1].
En un desarrollo relacionado, Australia está reforzando sus capacidades de defensa marítima a través de un importante acuerdo con Japón. El gobierno australiano ha anunciado planes para adquirir 11 fragatas avanzadas de clase Mogami de Mitsubishi Heavy Industries, lo que marca una mejora significativa en su flota naval [2].
El acuerdo naval entre Australia y Japón representa un fortalecimiento de los lazos de seguridad en la región del Indo-Pacífico, reflejando una creciente cooperación estratégica entre aliados clave de EE. UU. Esta decisión de adquisiciones se alinea con los esfuerzos más amplios para modernizar las capacidades militares entre naciones alineadas con Occidente, en respuesta a los desafíos de seguridad regional en evolución.
Estos acontecimientos se producen en medio de un patrón más amplio de refuerzo de alianzas de seguridad en todo el mundo. La posible expansión del apoyo de la OTAN a Lituania marcaría otro paso en la presencia avanzada reforzada de la alianza en Europa del Este, demostrando su compromiso de proteger a los estados miembros que enfrentan presiones de seguridad crecientes.