
En 2024, los astrónomos anunciaron el descubrimiento de Gliese 12 b, un exoplaneta del tamaño de la Tierra situado a solo 40 años luz de distancia, que orbita alrededor de una fría estrella enana roja cada 12.8 días. Detectado por la misión TESS de la NASA mediante el método de tránsito y confirmado con observaciones posteriores, el planeta recibe un poco más de luz estelar que la Tierra. Se estima que su temperatura de equilibrio ronda los 42 grados Celsius si no tiene atmósfera, colocándolo cerca del límite interno de la zona habitable de su estrella. Aunque aún se desconoce si Gliese 12 b es realmente habitable, su cercanía y tamaño lo convierten en uno de los objetivos más prometedores para investigar la atmósfera de un mundo templado con los telescopios actuales.
Gliese 12 b fue identificado por primera vez en los datos de TESS, que registran pequeños y periódicos descensos en la luz de las estrellas cuando un planeta transita frente a su estrella. Esta señal reveló un mundo de tamaño similar a la Tierra, orbitando su pequeña y fría estrella en menos de dos semanas. A unos 40 años luz de distancia, el sistema está relativamente cerca en términos galácticos, lo que permite realizar mediciones con bastante precisión. Observaciones posteriores refinaron el radio y la órbita del planeta, aunque su masa—y, por ende, su densidad—aún necesitan ser determinadas a través de campañas de velocidad radial de precisión.
El balance energético del planeta sugiere una temperatura diurna consistente con una superficie cálida y potencialmente templada, dependiendo de si retiene una atmósfera. Las estimaciones sitúan su temperatura de equilibrio cerca de 42 grados Celsius sin efectos atmosféricos, pero las nubes, la composición y la circulación podrían hacer que las condiciones de la superficie sean mucho más frescas—o más cálidas. Estando cerca del límite interior de la zona habitable, se encuentra justo en el umbral donde el agua podría ser estable. Hasta que se detecte y caracterice una atmósfera, la habitabilidad sigue siendo una posibilidad más que una afirmación.
Gliese 12 b es excepcionalmente adecuado para seguimientos atmosféricos, ya que una estrella pequeña hace que cualquier señal atmosférica de un planeta del tamaño de la Tierra que transite sea relativamente más fuerte. La espectroscopía de transmisión con instalaciones como el Telescopio Espacial James Webb podría buscar moléculas como vapor de agua, dióxido de carbono o metano, o incluso revelar la ausencia de atmósfera. Detectar un eclipse secundario o variaciones térmicas podría limitar la redistribución del calor y la cobertura nubosa. Sin embargo, la actividad magnética de la estrella anfitriona y las llamaradas—comunes entre las enanas rojas—podrían complicar tanto el clima planetario como las observaciones.
Este descubrimiento añade un valioso referente cercano a una lista creciente de exoplanetas pequeños y templados que incluye mundos en el sistema TRAPPIST-1 y alrededor de Proxima Centauri y TOI-700. Comparar estos sistemas ayudará a evaluar con qué frecuencia los planetas pequeños alrededor de estrellas frías mantienen sus atmósferas a pesar de la radiación estelar. Los siguientes pasos incluyen asegurar una masa precisa para inferir la composición global, monitorear el clima espacial de la estrella y buscar tiempo en telescopios importantes para realizar pruebas atmosféricas. Cualquiera que sea el resultado, Gliese 12 b afinará las estrategias de búsqueda de mundos realmente habitables al alcance de los instrumentos actuales.