Chapter 3 – Echoes in the Regolith

La comandante Aiko Reyes, consciente de que sus comunicaciones están siendo interceptadas, decide salir del domo en busca de una perspectiva más clara. Equipándose con su traje EVA, navega por la áspera superficie de Ceres hasta llegar a un viejo puesto de avanzada de mineros. Allí se topa con un excéntrico ex-minero llamado Viejo Jax, quien le cuenta un recuerdo fragmentado sobre un 'silencio en las señales', una leyenda entre los mineros acerca de un fantasma que borra pensamientos. La historia de Jax insinúa una conspiración más profunda relacionada con los asesinatos por hackeo mental. Mientras Reyes reflexiona sobre esta nueva pista, nota una sombra moviéndose sobre el regolito. Antes de que pueda reaccionar, su HUD parpadea con una advertencia de una transmisión entrante, pero ya es demasiado tarde: la señal ya está dentro de su traje.
La comandante Aiko Reyes sentía el peso de la vigilancia presionando sobre ella. Cada comunicación que intentaba era interceptada, cada movimiento seguido. La necesidad de tener una perspectiva sin filtros la llevó a tomar una decisión que rara vez tomaba: salir del domo. La superficie de Ceres era implacable, un entorno hostil que pocos se atrevían a atravesar sin necesidad.
Vestida con su traje EVA, Reyes salió de la esclusa, el susurro de la presurización siendo su único compañero mientras pisaba el árido regolito. El mundo exterior era silencioso, salvo por el crujir de sus botas contra el polvo y las rocas. Su HUD óptico se ajustó a la poca luz, escaneando en busca de cualquier signo de vida o movimiento. Su destino era un viejo puesto de explorador, un vestigio de los primeros días de la minería en Ceres.
Allí, esperaba encontrar al Viejo Jax, un minero retirado conocido por sus relatos excéntricos y sus costumbres reclusas. A medida que se acercaba, el puesto parecía desierto, pero Reyes sabía que no era así. Jax era un hombre de secretos, y si alguien había visto algo inusual, ese sería él. Dentro, el aire era viciado, pero cálido—un cambio bienvenido del frío mordaz de afuera.
Jax estaba encorvado sobre una estufa improvisada, sus ojos brillaban con la agudeza de quien ha visto demasiado. "Comandante Reyes," raspó, reconociendo su presencia sin girar. Reyes fue directo al grano. "Viejo Jax, necesito saber sobre el ‘silencio en las señales’."
Jax soltó una risa, un sonido seco y hueco.
"Ah, el fantasma que borra pensamientos. Los mineros hablan, ya sabes. Dicen que aparece cuando las señales se silencian. Las mentes se quedan en blanco."
Reyes escuchaba atentamente, su mente funcionando a mil por hora.
¿Podría esto estar relacionado con los asesinatos por hackeo mental? La historia de Jax, aunque fragmentada, insinuaba una conspiración más profunda. Justo cuando Reyes estaba uniendo las piezas de las implicaciones, su HUD parpadeó con una advertencia. Una sombra se movía sobre el regolito afuera, y una alerta de transmisión entrante parpadeaba insistentemente.
Antes de que pudiera reaccionar, la señal penetró las defensas de su traje, y su visión se nubló mientras la transmisión tomaba control.