CHAPTER 7 – Echoes of Power and Betrayal

La comandante Aiko Reyes descubre la magnitud completa de la conspiración relacionada con el esquema del motor de entrelazamiento cuántico en Leviathan-Bay. Con la ayuda de la fragmento de IA Echo, identifica al verdadero cerebro detrás de todo: un alto funcionario de la facción Tekker, que buscaba utilizar el esquema para construir un arma capaz de alterar el equilibrio de poder en todo el sistema solar. Reyes se enfrenta al funcionario, quien revela que su motivo era prevenir una iniciativa liderada por los Biomorfos para monopolizar la tecnología. En un tenso enfrentamiento, Reyes obtiene una confesión y pruebas, pero debe decidir si expone la verdad, arriesgando un conflicto interplanetario, o la oculta para mantener la paz. Al final, opta por revelar la conspiración, confiando en que la transparencia conducirá a un futuro más estable. Mientras reflexiona sobre el caso, añade una imagen holográfica de Leviathan-Bay a su pared de casos, un recordatorio de la compleja interacción entre el poder, la ética y la supervivencia en el universo.
La comandante Aiko Reyes se encontraba en la tenue sala de control de Leviathan-Bay, con su HUD óptico parpadeando con flujos de datos descifrados. La fragmento de IA, Echo, flotaba a su lado, su forma virtual pulsando con urgencia. "La pieza final del rompecabezas," pronunció Echo, resaltando una serie de registros de comunicaciones que llevaban a un alto funcionario de Tekker llamado Vance Korrin. Korrin había orquestado toda la operación de espionaje, con la intención de usar el esquema del motor de entrelazamiento cuántico para construir un arma capaz de alterar el delicado equilibrio de poder entre los Biomorfos y los Tekkers.
Su plan consistía en atacar preventivamente una iniciativa sospechosa de los Biomorfos para monopolizar la tecnología, asegurando así la dominancia de los Tekkers en el sistema solar. Reyes sintió un escalofrío recorrerle la espalda, no por el frío ambiente, sino por la gravedad de la situación. No solo había descubierto una conspiración, sino un posible catalizador para una guerra interplanetaria. Su mente corría con las implicaciones mientras se preparaba para enfrentar a Korrin.
El enfrentamiento tuvo lugar en el centro de la granja de algas, donde Korrin, una figura alta con augmentaciones cibernéticas, aguardaba su llegada. "Sabía que lo descubrirías," dijo, con un atisbo de admiración en su voz. "Pero debes entender, nunca se trató de dominación. Se trataba de sobrevivir."
Reyes escuchó mientras Korrin exponía su razonamiento, su miedo a una iniciativa liderada por los Biomorfos que amenazaba la autonomía de los Tekkers.
Sin embargo, a pesar de sus justificaciones, sabía que no podía dejar que sus acciones quedaran sin castigo. "Arriesgaste todo por poder," respondió, con la voz firme. "Pero hay otras maneras de asegurar la supervivencia sin recurrir a la guerra."
Con la ayuda de Echo, Reyes consiguió una confesión y reunió pruebas irrefutables de la conspiración. Pero mientras se preparaba para transmitir los datos a la Dirección de Seguridad Interplanetaria, dudó.
La revelación podría conducir al caos, fracturando la frágil paz entre las facciones. En ese momento, Reyes tomó su decisión. Optó por enviar los datos, creyendo que solo a través de la transparencia y la responsabilidad se podría alcanzar una paz verdadera. El sistema solar necesitaba enfrentar sus sombras para encontrar un camino hacia adelante.
Más tarde, mientras se encontraba sola en sus cuartos, Reyes reflexionó sobre el caso. Añadió una imagen holográfica de Leviathan-Bay a la pared de su caso, un recordatorio de la compleja interacción entre poder, ética y supervivencia en el universo. La imagen parpadeaba suavemente, un testimonio de su determinación y la búsqueda constante de justicia en un cosmos turbulento.