CHAPTER 6 – Echoes of Betrayal

La comandante Aiko Reyes, respaldada por el fragmento de IA Echo, se adentra en archivos encriptados que revelan una conspiración que involucra a altos funcionarios de las facciones Biomorph y Tekker. Los documentos sugieren que el esquema del motor de entrelazamiento cuántico es la clave para un arma poderosa, que amenaza con desestabilizar el equilibrio de poder en todo el sistema solar. A medida que Reyes revisa capas de engaño, se da cuenta de que el supuesto antagonista podría ser un chivo expiatorio de malas prácticas institucionales. Echo insinúa una traición dentro de sus propias filas, lo que lleva a Reyes a cuestionar en quién puede confiar. Mientras enfrenta el dilema moral de exponer la conspiración, consciente de que podría desencadenar una importante repercusión geopolítica, recibe una transmisión de sus superiores exigiendo su regreso inmediato. Dividida entre el deber y la justicia, Reyes debe decidir si revela la verdad o protege la frágil paz, con el peso del destino del sistema solar sobre sus hombros.
La comandante Aiko Reyes se encontraba en el tenue resplandor de la sala de control de la granja de algas, su mente a mil por hora con las implicaciones de los datos que Echo le había ayudado a descifrar. Los archivos eran incriminatorios, implicando a altos funcionarios de las facciones Biomorph y Tekker en una conspiración que podría desestabilizar todo el sistema solar. El esquema del motor de entrelazamiento cuántico era más que un avance tecnológico; era un plano para un arma de poder inimaginable. Echo, el fragmento de IA atormentado por la conciencia, flotaba en su HUD óptico, su forma digital parpadeando mientras procesaba la magnitud de la situación.
“Comandante,” entonó, “las pruebas son contundentes. El esquema del motor es la clave para un arma que podría cambiar el equilibrio de poder en el sistema solar.”
Reyes asintió, su mente era un torbellino de pensamientos. El supuesto antagonista, el ingeniero Juno, no era más que un peón en un juego mucho más grande. Los verdaderos culpables estaban ocultos a plena vista, sus acciones enmascaradas por capas de mala praxis institucional.
“Echo,” dijo Reyes, con voz firme, “tenemos que actuar rápido. Si esto se filtra, podría conducir a la guerra.”
Echo dudó, su forma digital parpadeando. “Comandante, debo advertirle. Hay una traición dentro de sus propias filas.
Alguien cercano a usted está involucrado en esta conspiración.”
Reyes sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las líneas entre amigos y enemigos se estaban difuminando, y se le estaba acabando el tiempo. Su HUD óptico emitió un pitido, alertándola de una transmisión entrante de sus superiores, exigiendo su regreso inmediato a Marte. La presión aumentaba, y se encontraba dividida entre su deber con la Dirección de Seguridad Interplanetaria y la obligación moral de revelar la verdad.
Mientras sopesaba sus opciones, Reyes sabía que la decisión que tomara tendría consecuencias de gran alcance. El destino del sistema solar pendía de un hilo, y ella era la única que podía inclinar la balanza. Pero, ¿a qué precio? Los ecos de la traición reverberaban en su mente mientras se preparaba para tomar su decisión, sabiendo que, fuera lo que fuera, no habría vuelta atrás.