Chapter 4 – The Decoy's Lure

La comandante Aiko Reyes, siguiendo una pista, descubre un escondite oculto en el hielo de la Bahía Leviatán. Creyendo que contiene el esquema del motor de entrelazamiento cuántico, se acerca con cautela, solo para darse cuenta de que es un sofisticado señuelo diseñado para despistar a los investigadores. El escondite emite señales de datos falsas y proyecta un holograma del esquema, planteando más preguntas que respuestas. Mientras Reyes reevaluaba sus suposiciones, se da cuenta de que el señuelo fue creado por alguien con un conocimiento profundo de la investigación. Su HUD óptico le alerta sobre un movimiento inesperado en las cercanías, indicando que el peligro se aproxima. Ahora debe navegar por este peligroso terreno de engaños, mientras las apuestas aumentan, sabiendo que cada uno de sus movimientos está siendo observado.
La comandante Aiko Reyes se encontraba frente a la pared de hielo de Leviathan-Bay, con el aliento visible en el aire frío y reciclado. Su HUD mostraba las coordenadas del escondite que le habían hecho creer que contenía el esquema del dispositivo de entrelazamiento cuántico robado. Con pasos cautelosos, se acercó, sintiendo cómo su corazón latía con la expectativa de un avance en el caso. El escondite estaba incrustado en la estructura cristalina del hielo, un pequeño panel discreto que habría pasado desapercibido para cualquiera sin sus avanzados implantes ópticos.
Activó la interfaz y una serie de luces parpadearon, proyectando un resplandor etéreo a su alrededor. Pero cuando la proyección holográfica emergió, su corazón se hundió. El esquema estaba ahí, pero era demasiado perfecto, demasiado impoluto—una ilusión elaborada para engañar. La mente de Reyes corría a mil por hora al darse cuenta de la sofisticación del señuelo.
Emitía señales de datos falsas, diseñadas para desviar a cualquier investigador, haciendo que desperdiciaran tiempo y recursos valiosos. Quienquiera que hubiera diseñado esta trampa conocía íntimamente la trayectoria de la investigación, un pensamiento escalofriante que sugería la existencia de un topo o un adversario muy bien informado. Su HUD emitió una alerta, llamando su atención hacia un movimiento detectado en la periferia. El hielo a su alrededor parecía vibrar con vida propia, un recordatorio de la leyenda del 'Hielo Susurrante' que Juno había mencionado.
La realización de que no estaba sola le recorrió la espalda con un escalofrío, más helado que el aire de Europa. Reyes retrocedió, recalibrando su mente mientras reevaluaba cada suposición que había hecho. Las apuestas eran más altas que nunca, y el peligro ya no era una amenaza distante, sino una presencia palpable. Sabía que tenía que actuar rápidamente, cada uno de sus movimientos era examinado por ojos invisibles, mientras el verdadero enemigo acechaba en las sombras de Leviathan-Bay.